lunes, 29 de diciembre de 2014

Te busco...

"Al cielo una mirada larga
buscando un poco de mi vida
..."


Se abren las nubes por fin.

La noche se templa dejando de lado los velos y vuelve a ser caribe, ese primer aliento cálido, ese viento árido que cruza el océano desde África envía un adelanto anunciando que pronto barrerá estas costas y sin miramientos empuja y disuelve las nubes como si fuesen de espuma. El cielo ahora gotea estrellas que se van abriendo como ojos que nos miran desde el pasado pulsando luces que tal vez ya no estén mas. Son pequeñas velas que noche a noche se mantienen tercamente encendidas para que podamos hallar el camino de regreso a la memoria sin perdernos, para que podamos recogernos en nosotros mismos mientras nuestra alma hace el recuento de sus rasguños y sus heridas. Reconozco a Orión, furtivo tras los últimos jirones rebeldes de las nubes ya en desbandada, siempre al acecho, cazando rebaños de sueños, los míos y los de otros. En mi pie su huella delatora, en mis ojos su camino; a él elevo mi pregunta pero esta noche no responde distraido tras los pasos de esa luna enorme que sin rubor llena ya el cielo y que por fin muestra su rostro dibujando en las olas una senda imposible de luz hasta la arena de la orilla.

El murmullo pertinaz de la suave lluvia contra las grandes hojas del patio enmudece poco a poco dejando paso al croar de las pequeñas ranas y al reclamo de los grillos, a la caricia áspera de las palmas en la playa y al rumor de las pequeñas ondas del mar resbalando por entre los guijarros de la orilla poblada de conchas y cangrejos. Algunas gotas caen aun del tejado sobre el riqui-riqui haciendo el contrapunto, toc-toc-toc, a los golpes que se dan pequeños insectos testarudos contra la única lámpara de la pequeña terraza.

Suaves ráfagas de viento traen hasta mi retazos de música; reconozco la canción, tú la cantabas muy bajito aquí mismo, mientras nos mecíamos lentamente en el chinchorro viendo al sol ambarino disolverse en naranjas, rojos y rosados en su tránsito hacia el abismo del horizonte; embarcados en el suspiro diario de piernas, manos y pieles ocupando su lugar exacto en la historia de los días registrada en esta trama de nudos que cada tarde encontraba la manera de amoldarse a nuestro abrazo.

"...te busco volando en el cielo
el viento te ha llevado
como un pañuelo viejo
..."


Miro el chinchorro aquí atrás, recogido, anudado a las cabuyas, descolorido de sol y sudor, lacio y desamparado en el olvido que dejó tu ausencia. Sobre los tablones de esta mesa las marcas de mil años de sal y mil vasos de whisky, las quemaduras de cigarrillos mal puestos y los infinitos agujeritos de la carcoma; granos de arena en las juntas y las grietas y la pintura que parece otro recuerdo que rabioso se resiste a desaparecer del todo aferrándose a la reseca fibra como tu perfume se aferró a mi nariz y tu voz al fondo de mis caracolas.

Quise recordar como bailar esa canción mientras aun llovía, despacio, como me enseñaste pero no tenía nada a que asirme y me dió vértigo, ahora sentado y escurriendo aun las últimas lágrimas del cielo cierro los ojos y lo vuelvo a intentar desde mi banqueta con los pies en la baranda, la botella apoyada en la cadera y el vaso en el pecho... de lado a lado muy despacio y ... ni siquiera así, ni siquiera ese amago... sin tu risa y tu paciencia no es lo mismo. Bajo los pies al suelo y alzo los ojos al cielo; recorro sus rincones y te busco en los destellos. Por enésima vez miro la playa y sus sombras de punta a punta; allá lejos, por detrás del morro el fulgor irreverente de la ciudad por donde tal vez te marchaste un día, al otro extremo comienza a anunciarse para mí otro día.

"...y no hago mas que rebuscar
paisajes conocidos
..."


Las estrellas se van haciendo mas pálidas; la luna hace tiempo se lavó la luz en las olas dejando tras de si la postrera oscuridad de una noche que ya va en retirada, pronto los pájaros tomarán el relevo a los grillos y las ranas y la botella estará vacía otra vez. Amanecerá el Caribe de nuevo con sus fulgores y sus miserias y yo volveré a la faena pendiente de no borrar tus huellas...

"...huellas y sombras que se pierden
la suerte no vino conmigo
..."
 


Porque aun te busco...

_________________

El texto en cursiva corresponde a fragmentos de la canción "Te Busco" de Victor Victor, pueden oirla en este enlace cantada por Celia Cruz.
https://www.youtube.com/watch?v=DuYqAPIN88I 

martes, 23 de diciembre de 2014

Mar Menor

- Buntaro... ¿cuánto falta?...

Y me mira con ese par de cuchillos, harto ya de verme, harto de escucharme una y otra vez con la misma pregunta, lejano del mundo dentro de si y apartado, en la proa, lejos de mí y de mi insistencia.

- Ya viene... - Masculla su respuesta, su misma e invariable respuesta sin soltar la boquilla de su pipa, atrapada hace meses entre sus dientes como nosotros en esta pequeña barca de vieja madera de la que ya no hay mas, con su única vela y sus gruesos cabos serpenteando por la cubierta al descuido de los dos únicos habitantes de esta falsa isla.

"Ya viene", "ya viene"... ¿qué clase de viaje es este en el que no es uno quien va a su destino sino aquel el que viene al encuentro del viajero?, ¿qué clase de respuesta es esa?

No recuerdo cuantas veces habré hecho este viaje, siempre en esta barca, siempre con él, y no recuerdo haberlo visto sonreir jamás ni haberle escuchado pronunciar otra palabra fuera de su lacónica respuesta.

A Buntaro se le paga con tabaco y cerillos; no quiere nada mas y no parece necesitar nada mas salvo, tal vez, absoluto silencio. Nunca saluda, nunca se despide...¿lo hará esta vez?; me lo pregunto desde que salimos porque este es mi último viaje, o al menos eso me dijeron, y no lo volveré a ver, no mas resbalar por el filo de su mirada, no mas meses de hosco silencio, nunca mas este viaje ingrato y eterno. ¿Debería decírselo?, ¿se despedirá esta vez?.

He tenido la impresión que él lo sabe o que al menos lo intuye; a veces envaina sus ojos unos instantes y estos se hacen indistinguibles contra el horizonte difuso de este cielo sanguíneo y nunca antes lo había visto hacer tal cosa, nunca antes le había visto cerrar sus ojos; a veces su mirada planea entre la sombra de la botavara y la superficie de este mar plácido y grueso como aceite y ensimismado deja escapar murmullos de silencioso humo para después mirarme con disimulo por encima del hombro; a veces lo descubro observándome con evidente curiosidad y desparpajo entablando conmigo un duelo de miradas que siempre pierdo. ¿Debería decírselo?.

- Buntaro...

Gira la peligrosa obsidiana de sus ojos hacia mí sin mover ni un solo músculo y el humo escapa a raudales por su nariz... la pregunta muere por inútil en su advertencia muda... la pipa descansa en sus labios y sujeta con delicadeza por sus dedos al otro extremo, el silencio se impone, es el retrato de un hombre sin tiempo y sin prisa, harto de todo y en especial de mi pregunta, la estampa inmutable de todo lo irreconciliable que media entre él y yo, entre su papel y el mío...

El sopor de meses y la fatiga de la espera borra toda memoria, toda intención y todo conocimiento; uno queda en blanco, vacío, como nuevo y sintiéndose cada vez mas viejo, débil, frágil, indefenso.

Cuando la barca comienza a cabecear, cuando las pequeñas ondulaciones comienzan a golpear esta madera rítmicamente a uno en verdad le da igual, uno está en otro mundo. Absorto en el silencio y la monotonía de los días cuesta darse cuenta del movimiento, de los sonidos, de esa brisa fría que resbala por la piel; el cielo teñido de imposibles palpitando sobre nuestras cabezas sus espasmos nos parece tan ajeno y lejano que uno tarda en reaccionar.

Incorporarse es un trabajo inhumano, asomarse por la borda es un regreso costoso para el alma, percatarse que el viaje está por culminar es una sorpresa y una angustia inesperada.

Buntaro huele el aire, mira el cielo contraerse sobre nuestras cabezas, toca las crestas de las pequeñas olas que agitan la paz de la barca y me mira con esos ojos que los días parecían haber mellado pero que ahora recobran el mortal brillo que anuncia una última estocada. Él, que casi no se ha movido en todo el viaje, parece finalmente impulsado por los resortes de la vida, por fin retira la pipa de su boca y con firmes golpecitos sobre la borda la vacía sin apartar sus ojos de mi y lentamente se inclina hacia mi miedo, con una media sonrisa que apenas comienza a dibujarse en su rostro. No, no se va a despedir...

- Ya viene... - Me dice con deliberada claridad... y sonríe... pero solo sonríen sus labios y eso es lo que mas me llena de espanto. Miro mas allá de la proa hacia lo que queda de este mar que se precipita en la nada.

Hay que morir aquí para poder nacer al otro lado, lo sé... y no va a ser fácil nacer otra vez... nunca lo es, los dos lo sabemos y solo él va a disfrutarlo.

Pero esta es la última vez Buntaro, la última vez...

domingo, 7 de diciembre de 2014

Es solo cuestión de...

El tren sale del túnel con esa velocidad confiada del firme riel y la máquina afinada. Atrás queda la noche y sus incendios, las estudiadas luces del pasado; allá atrás, al otro lado de la montaña, otro país, otras historias que abandono, esperan la luz del día que ya despunta de este lado. Mucha tierra que escalar, muchas nubes que vencer tiene este sol joven y perezoso.

La ventana abierta, el cigarrillo, la botella vacía y despechada en el olvido de la redecilla sobre la cama de este minúsculo reducto de privacidad que decidí regalarme y el ruido ensordecedor del hierro que hace temblar el aire que entra a raudales dándole sentido a ese olor acre del humo que se niega a soltarse de todo asiéndose con desesperación a la nada por temor a perderse. No molesto a nadie.

Cabeceo involuntario y adormecedor, es mucho el cansancio y el movimiento del tren no ayuda. Hay tanto espacio en mis ojos que aun quiero llenar que me resisto a cerrarlos. No puedo.

El dorado inunda este amplio valle en fuga, la vista se pierde en un interminable mar de girasoles que se yerguen a la primera caricia del sol y estiran sus pétalos y sus coronas en esa pugna sin alborotos que es la llegada del día. Casi puedo verla sonreir como esas mañanas cuando el sol se cuela por las cortinas y se apresura por la sábana a tocar sus labios. Ella es un girasol, la radiante alegría del nuevo día.

Este cielo de la Toscana que me recibe me lleva una y otra vez a ella. Ella estaba aquí, de este lado y yo no lo sabía. Saboreaba la cadencia armoniosa de la voz antigua que quedó atrapada en esta lengua alegre y abría los brazos a la pasión y la vida que vuelan por las calles nuevas de la ciudad más vieja.

Doraba sus mejillas en el sol de aquellos cafés de recuerdos y añoranzas; toda una aventura la vida para ese corazón enorme y rebelde. Y yo aun no lo sabía, nada sabía de ella.

Que juegos retorcidos de la vida, si nos hubiésemos cruzado en alguna de esas calles entonces, en el rumor de las fuentes o en el desbarajuste de alas y plumas de aquellas plazas ... tal vez habríamos reconocido a nuestras almas pero habríamos seguido nuestro camino, habríamos terminado nuestro café, habríamos gastado un poco más aquellos adoquines y por unos minutos habríamos llevado con nosotros ese pequeño sobresalto del corazón pero no a la persona que lo produjo. Laberíntica sabiduría de la vida; no habría sido el momento, se habría perdido todo.

Viajo ligero de equipaje, aun a mis años un pequeño morral al hombro para dejar libres las manos y poder tocarlo todo, para sin soltar nada poder abrazarla a mi llegada. Ella es mi hogar, la irremediable emoción del retorno.

No quiero soltar nada. De la vida he ido llenando ese morral con todo lo que necesito y si algo suelto será solo el miedo y la vergüenza, las tristezas y los desencuentros pero no sus duras lecciones. Lo único que dejo atrás es esa imagen que me esperaba en los espejos que dejé de mirar; ese otro que me reclamaba con dureza el pertinaz olvido de la esperanza en algún recodo del oscuro camino de la rendición que pensé algún día era mi camino. Ya no lo rechazo, ya no lo necesito ahí con su reclamo, no lo reconozco, ya no temo a sus apremios. Ahora, senza fretta, viajo otros caminos .

Memorias y sueños, que fácil es definir la vida en dos palabras. Las definiciones incompletas pueblan nuestra existencia, llamamos amor a aquello que solo es una de sus facetas, a aquello que es solo una tímida idea del absoluto... non dimenticare... niente... memorias y sueños son nuestra personal colección, son los pasos marcados en este baile que piano, piano  nos ha ido trayendo hasta aquí, que nos han hecho, desbastado y pulido para ser quienes debemos ser, para cruzarnos y no dejarnos de lado, que los adoquines aguantan el desgaste de dos mejor que el de quien camina solo ... non dimenticare cara mia... niente.

Oriente generoso de luz en mi veloz ventana, besos de Matrioska que se multiplican infinitos al cerrar mis ojos agotado por su ausencia. La ensoñación cambia el campo a un océano de balsámica lavanda. Es solo cuestión de dejarse ir y rendir la sien en su cuello, los labios en su hombro y ser, tiernamente, en un abrazo el centro del universo.

El último destello de conciencia en mi retorno a la vida: estoy con ella, sigo sobre esta tierra... todo está bien.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Ven...







Ven
camina conmigo un rato.
Limpia de tu ceño esa ciudad ajena e ingrata
borra de tu piel el frío y ven,
sube a mi montaña y asómate conmigo
que al otro lado está el mar, me lo dijo el viento.


Ven
hagamos surcos en el valle
y sembremos en ellos a tus poetas
y a tus canciones, que se hagan flor al cuidado del agua y el sol;
peina la hierba con los dedos y susúrrale tu nombre en secreto.
Escala las flores y las peñas y de la niebla bebe tu alimento y ven.

Anda ven
baja conmigo a la playa, rompe la arena con tus pasos
borra todo con tus huellas
y pon en fuga a las estrellas
con un gesto que trastoque todo el firmamento y
mira...

Ven
aquel fulgor lejano, sobre la línea del horizonte
es otro mundo, al otro lado... ni mejor ni peor, solo diferente
desde allí nos miramos como en un espejo
en verdad ¿qué nos separa de ellos?
¿qué nos separa de nosotros?
una idea, una regla… ¿un pensamiento?.

Ven
Siente en mi pecho el asombroso eco de tu risa
el suspiro grave de la espera, de la eterna ausencia
el dulce destino anclado en el confín de tus letras
que es tu nombre con un beso o tres o un ciento,
que sabios besos.

Ya es hora, ven
quiero acompañarte a casa
quiero caminar despacio tomado de tu mano
quiero presumir
hoy quiero ver tu copa y quiero ver tu asiento
y quiero ver en tu pantalla
ese cursor del que me cuelgo para saltar en las mañanas,
muy temprano, este océano sin tiempo
y acariciar tu alma en silencio con un pulcro beso
al primer color de tu aurora
“buen día mi alma” musitar con tiento
buenos días cielo
y que no tenga importancia y que todo esté bien
y que ni así anide el silencio.

Anda ven
podemos caminar,
vamos al parque
que la vida se distrajo un momento. 

domingo, 30 de noviembre de 2014

Para nuestros ojos




No me canso de verte.

En algún momento tus ojos se cruzarán con los míos en el espejo y te reirás, se que lo harás, siempre, cada día, cada noche sucede y aún así nada cambia en tus movimientos, el proceso sigue su curso, pausado y delicado, meticuloso... pero ya la magia es diferente, a partir de este punto lo haces para mí y no podría adorarte más por eso, por esa concesión complaciente que le haces a mis ojos. Te gusta que te mire en silencio y en la distancia, lo sé, y eso lo encuentro un poco perverso y me encanta.

Así ha sido siempre, desde aquel día que perdí el aliento y me quedé como de piedra cuando pasaste a mi lado en la calle. 

Estos pequeños y silenciosos momentos íntimos en que eres ajena a tí misma y a todo lo que te rodea; la mecánica pausada del movimiento inconsciente, el leve crujido del lino y los encajes y tu mirada perdida que delatan los viajes que emprende tu mente y que nunca has contado a nadie, ni siquiera a mí, el paciente cartógrafo de tu piel. 

Aquel hombre no sabía cuán afortunado era, caminaba distraído, con fastidio evidente y contigo del brazo como quien lleva un paquete y tú mirabas a todos lados tratando de seguirle el paso pero sin perder detalle de lo que te rodeaba, como quien busca algo que está bien oculto. 

Cuando nuestras miradas se cruzaron algo se rasgó en el universo y creo que tu lo escuchaste igual que yo, tus ojos se abrieron con sorpresa y tu expresión relajada trocó por una de intensa curiosidad. Nuestros ojos se sujetaron mutuamente y no se soltaron hasta que ya no podías girar más el cuello al alejarte calle abajo.

Tardé en reaccionar y tuve que correr un poco para alcanzarlos, decidido a seguirte a donde quiera que fueras, guiándome en la multitud que atestaba la acera por tu sombrero y tu cabello negro azabache.

Ese cabello que solo sueltas en la noche, ¿cuántas veces lo cepillas? sí, sí hasta que quede suelto y brillante pero ¿cuántas veces?, te encoges de hombros y te dedicas con parsimonia a cepillarlo, es el último paso antes de escurrirte graciosamente entre las sábanas. Tantas veces te he pedido que me permitas cepillarlo y nunca me has dejado, frunces los labios en un morrito y niegas con la cabeza arqueando las cejas. 

No te importa que poco después de tanto trabajo y atención esté revuelto, pegado a tus sienes, a tus labios, a tu espalda, te da igual que haya sido una parte, un juguete, un juguete en alguna de esas fantasías con las que podríamos llenar volúmenes de abigarrada antología, mañana será otro día y el cepillo está ahí… te da igual con una de esas sonrisas que llenan de pecado mi mundo y que hacen que esté bien que así sea. 

Cuando se sentaron en aquel café y él sacó uno de esos gruesos cigarros que tanto le gustan, cuando tiró de su leontina y ya el camarero diligente le acercaba la llama sin perder detalle de lo que tú le pedías, cuando miró distraído la hora y con gesto displicente despachaba al intruso, cuando él jugaba a aborrecer al mundo yo anidaba plácido en el fondo luminoso de tus ojos que no dejaban de mirarme. Llegó el café y las pastas, llegó el cenicero y la copa de cognac, llegó la hora de volver al mundo de los vivos y decidir de qué manera podría acercarme a tí; tu ya realizabas tu primer performance para mí, los movimientos gráciles y medidos al tomar la taza, al morder una galleta, al masticar cruzando las piernas y echando atrás los hombros con evidente deleite. 

Tal vez eso signó lo que serían los tiempos que ya se anunciaban, tú ejecutando tu delicado ballet a los pies de la cama mientras soy testigo privilegiado de tu belleza, del orden meticuloso de tu vida íntima donde todo tiene su sitio y su momento, incluso yo. 

Seguirlos a casa fue un corto paseo, encontrar la manera de abordarte en los días que siguieron fue otra historia, una historia y un tiempo que supiste llenar, con malicia de niña consentida, de brevísimas oportunidades que siempre me pillaban desprevenido. Aquel hombre te dejaba sola por horas y horas, a veces por días y me invitaste de mil maneras diferentes y yo no lo entendía; me limitaba al placer de mirarte, de escudriñar las muchas ventanas buscando aquella en la que aparecieras. 

Y me mirabas mirándote y te reías como te ries ahora que nuestros ojos se encontraron en el espejo. 

Ha pasado mucho tiempo; ya he descubierto todos tus lunares y tú llevas la contabilidad de los míos muy adelantada, sabemos mucho de lo que hay que saber y hemos probado más de lo que suponíamos había por probar. Todas estas noches se deslizan fuera del tiempo y las caricias se hacen indistinguibles, improbables; nuestros cuerpos se nos hacen ajenos, no son ellos la sustancia de nuestro mundo, éste habita y se nutre en nuestros ojos, en las preciosas imágenes que registran acuciosos. 

Ya la magia es diferente, el espejo me ha delatado. Con el misterioso contenido de todos esos frascos y pomos perfumas tu piel despacio, con largas y lentas caricias; le concedes ese valioso regalo a mis ojos que no se despegan de tí. 

Y es que no me canso de verte y a tí mi pequeña niña consentida y perversa te gusta que te vean. 

Por la ventana abierta la brisa de verano que mueve las delicadas cortinas se lleva el olor y el humo del grueso cigarro. Si hubiese sabido que a él también le gustaba mirar, si me lo hubieses dicho aquel primer día, todo habría sido menos, mucho menos complicado.




domingo, 27 de abril de 2014

La Lectura



- La verdad no sabía si consultar esto… no se, de alguna forma se me hace extraño.
- ¿Y eso por qué muchacho?. No seas tonto, no veo que haya nada de extraño, espera un poco que baraje bien y comenzamos. ¿Acaso no es importante para tí?
- Si… mucho…
- Bueno entonces déjate de tonterías y concéntrate en lo que estás consultando y ¡no te cruces! separa las piernas y planta bien los pies en el piso, nada de cruzarlos.
- Si, ya… no están cruzados.
- Bien.

Es muy temprano en la mañana, en medio del prado los carromatos parecen un rosario de coloridas cuentas que cayó del cielo hace miles de años y ahí quedó, flotando entre las flores, dándole un carácter festivo al paisaje por el resto de los tiempos. Las fogatas apenas dejan escapar unos delgados hilillos de humo, son los pequeños rescoldos de las brasas que amorosamente entibiaron la noche esperando que alguien los reanime. El silencio a esta hora apenas es roto por el tintineo de los carillones de chapitas y abalorios que cuelgan de las puertas.

- ¿Estás seguro que esto es lo que quieres saber?
- Si, totalmente.
- Muy bien… toma, corta la baraja en tres partes….¡con la izquierda niño, con la izquierda!
- Perdón…
- Umjum... ahora toma cuatro cartas de cada parte, júntalas y barájalas un rato concentrado en tu pregunta.
- Muy bien…

Me cuesta mucho concentrarme en mi pregunta. He visto esto tantas veces y sin embargo es la primera vez que hago una consulta para mí y es que esto es muy importante, no he podido dormir en muchos días pensando en ello y las horas se me han ido en un sube y baja de emociones encontradas que ya me tienen muy confuso.

No me he atrevido a comentarlo con nadie ni he buscado consejo de mis mayores pues temo miradas de burla y sus bromas que sé por experiencia a veces pueden ser muy crueles… finalmente me decidí a consultar mi sino en las cartas y temo estar demasiado nervioso o ansioso y que esa ansiedad estropee la consulta.

- Estás muy nervioso... cálmate. ¿Ya terminaste?, ¿estás seguro que es suficiente?.
- Si.
- Bien, dame las cartas... Debes saber que esto que tengo en las manos es mucho más que la respuesta a una pregunta, debes entender que estas cartas van a mostrarte muchas cosas, sobre tí, sobre tu futuro, sobre tu vida. Algunas serán afirmaciones contundentes, otras serán advertencias que deberás tener muy en cuenta porque desoír las señales puede resultar un error muy costoso. Con el favor de Dios y la Virgen de La Macarena podremos ver mucho más allá de aquello que tanto te preocupa así que abre los ojos, abre los oídos y presta atención… ¿Entiendes lo que te acabo de decir?
- Si.
- Muy bien.

Las cartas se van desplegando y cubriendo de color el oscuro tapete justamente iluminado por la vieja lámpara de aceite; reconozco algunas, arcanos mayores y arcanos menores y siento que debería conocer su significado y sus mensajes; debería… pero soy incapaz de conectarlas entre sí, de descifrar su misterio; nunca antes había prestado atención.

- Ah mira… - La sonrisa se va ampliando en su rostro. - Son unas cartas muy bonitas, ¿ves que no debías estar nervioso?

Viendo su expresión tranquila y sonriente me siento tentado a sentirme reconfortado; me siento tentado a dejarme llevar por la fé que su expresión convida.

- Bueno, vamos allá. ¿Ves esta carta?, es la Reina de Varas y mira, sale acompañada del Rey de Copas. Esta carta te está pidiendo que seas como ella, que seas entusiasta, seguro de tí mismo; que te dejes llevar por la alegría de la vida y dejes a un lado los miedos y vivas tu vida con intensidad y, como te digo, es muy importante que venga acompañada del Rey de Copas…
- ¿Y eso por qué?
- Porque el Rey de Copas representa la calma, la sabiduría. El Rey de Copas es un maestro que te enseña el camino con atención y afecto. Entre las dos te están diciendo que mantengas la calma, que tengas fé en tí mismo, que te entregues sin reservas a tu vida y la vivas sin miedos, manteniendo la calma ante cualquier crisis o problema, te están pidiendo que te liberes a ti mismo de las ataduras que el temor te ha impuesto y que tengas fé en tu propia capacidad para hacer frente a lo que sea que se te presente siempre y cuando actúes con calma y determinación…
- Ah, pero entonces eso es bueno.
- ¡Claro que es bueno!, te lo estoy diciendo. Pero atención, aquí está La Justicia dándote una advertencia.
- ¿Qué es?
- ¿Qué es?, es la ley de la vida, es la ley de la causa y efecto. Te está advirtiendo, pon atención, te está advirtiendo que debes ser muy cuidadoso en tus decisiones y acciones porque cada una de ellas desencadenará una serie de efectos, te está diciendo que lo que sea que hayas desencadenado o desencadenes volverá a tí y si no has sido responsable deberás pagar el precio y saldar las cuentas. ¿Me estás entendiendo?
- Si, claro que si.
- Esto es importante muchacho, se que estás muy preocupado por hacer lo correcto y seguramente por ello es que aparece esta carta; no pierdas de vista su mensaje. Tienes que actuar con absoluta responsabilidad, no te puedes permitir errar en esto siguiendo caprichos y veleidades pasajeras…. ¿Vas captando el mensaje?, seguridad, calma, responsabilidad… es una decisión importante, de eso no hay duda.
- Creo que la más importante en mi vida.
- Si, lo sé. Mira bien, el mensaje no puede ser más claro.
- Esta carta la reconozco, es La Estrella.
- Claro que la reconoces. Es una carta bella y es una bendición que te haya salido.
- ¿Por qué?
- Porque La Estrella niño mío representa la esperanza, es la inspiración, la serenidad, la promesa de hallar finalmente la paz. Te está pidiendo que seas generoso, que abras tu corazón y liberes tus sentimientos, que los des a conocer, que dejes ya de esconderlos. Piensa en tu pregunta, piensa en la razón de tu consulta. Esta carta te está dando inspiración, te está diciendo que es el momento, sin olvidar las anteriores te está diciendo que el fruto está maduro, es tiempo de sembrar esa semilla.
- Pero… ¿cómo?
- No lo sé, aún faltan muchas cartas pero todo se va perfilando, seguramente llegaremos a ello. Fíjate al lado de La Estrella tienes el As de Copas, en verdad es extraordinario, no podría haberte salido mejor.
- ¿Y eso por qué?
- Porque se complementan perfectamente entre sí y con tu consulta, el As de Copas aquí nos está hablando sobre lo que está en el meollo de la cuestión: El Amor.

La miro directamente a los ojos buscando alguna señal de burla, soy muy susceptible a eso y no quiero que me estén tomando el pelo. Ella me devuelve una mirada franca y una sonrisa distendida.

- ¿Qué me ves?. No me mires a mí, mira las cartas. Es en serio, el As de Copas nos habla de los sentimientos más profundos y de las oportunidades que se nos abren en su reino. No solo es abrirse al amor como te invita La Estrella, es también desterrar la ira y acoger el perdón. Todo se va encadenando ¿te das cuenta?.
- Si.
- Ten fé en ti mismo, mantén la calma en medio de esta crisis para que puedas tomar la decisión correcta, responsablemente y tomando en cuenta sus repercusiones futuras, abre tu corazón con fé y deja que el amor fluya sin el estorbo de las otras emociones negativas… ¿Lo estás viendo?.
- Si… explicado así tiene sentido…
- ¿Explicado así?... Ay muchacho…
- ¿Qué?.
- Nada, “explicado así”.... nada… mira esta, ¿la conoces?
- Si, es El Mundo ¿no?
- Correcto y es muy importante en esta posición.
- ¿En serio?
- ¿Vas a seguir?, ¡claro que es en serio!. ¿Alguna vez has sentido como si todo en tu vida cuadrara y todas las piezas casaran perfectamente en su sitio?. Esos momentos en que sientes que todo funciona en armonía… ¿lo has sentido alguna vez?
- Si, creo que si…
- Bueno pues a eso justamente se refiere esta carta. Te habla de realización, de plenitud, te está diciendo que si tomas las decisiones correctas estarás encaminado hacia el logro de tus metas y nada podrá apartarte de ellas.
- ¡Vaya!
- Exacto, ¡vaya!... mirala, te está diciendo que tienes el mundo en tus manos, a tus pies, que todo es posible, que debes entregarte a él sin reservas porque esa es la fuente de la auténtica felicidad… pero cuidado…
- ¿Con qué?
- Con el Siete de Copas, con esta… mucho cuidado.
- ¿Por qué?... es… ¿es algún peligro?.
- Ummm… depende de tí….
- ¿De mí?... ¿Cómo de mí?
- Mmmm si...Piensa en tu vida, piensa en tu vida en este momento y en todo lo que se relaciona con tu pregunta. Mírate con atención y piensa en todas las opciones que se abren ante tí… Seriamente, piensa en tu vida y date cuenta del nivel de orden o desorden que reina en ella… Te está advirtiendo sobre la disipación, sobre las distracciones pero también sobre las restricciones que tú mismo te has impuesto, sobre aquello ante lo que te cierras.
- Pero…
- No, escúchame. Esta carta te pide que hagas un balance sobre tí mismo y debes hacerlo, es muy importante porque de ello puede depender la decisión que tomes. Tratar de engañarse a uno mismo además de ser algo muy tonto es muy difícil. Esta carta pone el dedo sobre la llaga, ¿cuáles son tus opciones?, ¿estás tomando todas en cuenta?, ¿tu vida tiene el orden necesario para poder manejarlas o es un desastre tal que no hay manera de ejercer ningún control sobre ella?... Volvemos atrás… las palabras clave aquí son calma, serenidad, responsabilidad, confianza, fé, plenitud… ¿entiendes lo que te está advirtiendo esta carta?.
- Si.
- ¿Entiendes que si en verdad representa un peligro ese peligro no eres más que tú mismo y la manera como decidas vivir tu vida?
- Si, no me lo había planteado así antes pero sí, sin duda que lo entiendo.
- Muy bien, de verdad me alegro porque es muy importante, el autoconocimiento es vital para cualquiera y el Siete de Copas te sale para invitarte a realizar ese viaje… por tu propio bien…

La verdad no se si sentirme agradecido por la advertencia, vamos... claro que sí vaya, en especial porque nunca me había planteado tal cosa pero no se si tendré cabeza para semejante tarea cuando hay una sola cosa que ocupa toda mi mente…

- Oye… mi niño… hey, vuelve… no tienes que hacerlo aquí y en este momento... aún no hemos terminado…
- ¿Eh?... si… perdona es que…
- Nada guapo, nada. No te preocupes, vamos a seguir.
- Si claro, perdona…
- La Sota de Copas… que maravilla, ¿sabes a quién representa?.
- No, ¿a quién?.
- A Cupido... ¿qué tal?... que bien, todo cuadra perfecto… esta carta te está diciendo que ante tí está la posibilidad real de experimentar el romance y los sentimientos más puros y profundos. Es el augurio de una gran alegría. La promesa de una oportunidad que... ¡no debes dejar pasar!... debes dejar de lado las formalidades, debes establecer vínculos más profundos, debes abrir la puerta a sentimientos íntimos y duraderos… ¡Que cartas tan bonitas te han salido niño mío!, que cartas tan bonitas… ¡tómalas muy en cuenta!.
- Pues sí, la verdad que hasta ahora todas han sido cartas de aliento…
- De aliento y mucho más, fíjate en las que siguen a la Sota de Copas… El Ocho de Copas, es el momento de seguir adelante, de evaluar tus prioridades y dar pasos firmes para darle un significado profundo a tu vida y el Seis de Copas, la inocencia, la pureza, la bondad sencilla que te estimula a ser amable y generoso. Es el momento, hoy... ahora es el momento de tomar la decisión y dar un paso al frente y tomar a tu cargo tu vida… si tomamos en consideración el motivo de tu consulta creo que el mensaje es claro….
- Ufff… si, la verdad no puede ser más claro.
- Faltan dos cartas aún, estas debemos leerlas juntas, en especial porque La Emperatriz pone un acento especial y refuerza al Nueve de Copas.
- Y qué dicen.
- Esta, el Nueve de Copas, es la carta de los deseos, una carta que todos quisieran que salga en esta posición que te ha salido a tí… son los deseos cumplidos, la satisfacción, pero cuidado, ¡pon atención a lo que deseas! debes estar muy claro en las responsabilidades que conlleva aquello que con tanta ansia deseas porque se hará realidad y… ¿recuerdas el mensaje de la Justicia?... ¿la ley de causa y efecto y la obligación de asumir la responsabilidad y las consecuencias?
- Si, claro que si…
- Bueno, no lo olvides nunca porque el Nueve de Copas aquí te dice que aquello que deseas vendrá a tí sin falta y con todas sus consecuencias y debes estar preparado y dispuesto a asumirlas… ¿lo estás?.
- Si lo estoy, por supuesto que si, es en lo que más he pensado… ¿Y La Emperatriz?...
- Muchacho de mi alma… ¿de verdad tengo que decírtelo?... ¿no lo intuyes?... La Emperatriz aquí, al lado del Nueve de Copas es sentar cabeza, es poner los pies en la tierra. Te habla de la abundancia, del disfrute de los sentidos… de una madre fértil…

Me mira con una sonrisa pícara pero en sus ojos hay ternura. No, no necesita decirme nada más… claro que lo entiendo y sin poder ni querer impedirlo su sonrisa se me contagia y la replico como si fuese un espejo ante su rostro.

- ¿Quieres saber algo más?
- No, no… creo que no…
- ¿Y entonces?
- Entonces qué…
- ¿Qué haces ahí sentado?. ¿Qué estás esperando?
- Mamá…
- Dime mi príncipe.
- ¿Estás segura de… todo esto?. ¿Estás segura que eso dicen las cartas?
- ¡Pero bueno niño! ¿Cómo no voy a estar segura?
- Es que…
- Es que nada, ve… ya…  muévete, ve a hablar con ella, seguro ya se ha levantado y por su padre no te preocupes, ya Fermín habrá bajado al pueblo, yo hablo con la Fefa y entre las dos lo convencemos. Tu preocupate de convencerla a ella.
- No mamá, ella ya está convencida…
- ¿Entonces?, venga, venga. Deja ya de perder el tiempo. Ve a hablar con ella.

El corazón aletea furioso en mi pecho como un mochuelo que quiere escapar, al abrir la puerta del carromato el verdor del campo y los destellos del rocío en las flores contrastan con la penumbra de la que voy saliendo. En el primer escalón me vuelvo una vez más.

- Mamá… ¿hoy no me echa su bendición? 
- No, hoy no… ¿para qué?, ¿no ves las cartas sobre la mesa?. Sobre tí hay mayores bendiciones que cualquiera que yo te pueda echar.